Este artículo es un llamamiento a todos los aficionados del baloncesto. Es una apología del baloncesto más estético y refinado. Es un canto a la técnica. Es un mensaje también dirigido a gente no aficionada al baloncesto. Supongo que si no fuera aficionado al baloncesto, el jugador del que hablo en esta reflexión sería perfectamente capaz de engancharme a este maravilloso deporte.
Demasiados rodeos.
Hablo de un joven de 26 años llamado Wardell Stephen Curry, jugador de los Golden State Warriors que es, a día de hoy, el mejor base de la NBA. Este jugador, tal y como he dicho al introducir el artículo, es la sublimación del baloncesto técnico, depurado, estético. Si Juan Ramón Jiménez creía en la poesía pura, este jugador podría personificar de manera total el baloncesto puro. Un baloncesto desnudo de artificio, esencial, con el deleite como objetivo.
No me malinterpretéis.
Evidentemente, Curry no busca el deleite en su juego, sino la efectividad, la perfección, el acercar a su equipo al triunfo. Pero es la manera en la que juega lo que le hace especial. En un baloncesto marcado por los músculos, los mates y los atletas, Stephen Curry representa el jugador pulido a base de interminables sesiones de tiro y perfeccionamiento de la mecánica. Un jugador que, lejos de dejar que su condición física sea la base de su juego, ha mejorado notablemente sus capacidades atléticas para convertirse en una amenaza letal. Más rápido, más fuerte, pero siempre conservando la creatividad como seña de identidad de su juego. Siempre he sido de la opinión de que el físico de un jugador debe ser su soporte, y no su base.


Basta tomar como ejemplo a Lebron James, el jugador más completo de baloncesto sobre el planeta Tierra. Lebron siempre ha sido un atleta titánico, pero hasta que no desarrolló sus habilidades técnicas no se consagró como uno de los mejores jugadores de la historia. No soy aficionado de los jugadores que basan su juego en el terreno físico, porque ello supone una desvirtuación del baloncesto. Es completamente lícito utilizar a jugadores que dominen los partidos físicamente, pero la esencia de este deporte reside, creo yo, en la técnica.
De nuevo, no me malinterpretéis.
Sería imposible concebir un baloncesto con jugadores puramente técnicos. Lo físico es parte necesaria del espectáculo. Muchos de los principales atractivos del baloncesto se producen mayoritariamente gracias a diferentes aptitudes físicas. ¿Qué sería de nuestro deporte sin vuelos sin motor, tapones que revientan el balón o defensas asfixiantes?

Quiero decir que es tremendamente complicado encontrar jugadores que hagan de la técnica un arte. Stephen Curry lo consigue con una técnica de tiro impoluta, un manejo de balón vertiginoso, una visión de juego que en ocasiones parece salida de una máquina, y una inteligencia y rapidez de pensamiento sobre la pista digna del más reconocido ajedrecista. Lo increíble de Curry es que destroza a sus adversarios de mil maneras, ejecutando detalles técnicos simplemente espectaculares. Quizás muchos de ellos no los hubiéramos visto antes de no ser por él.

Otra de las facetas sobresalientes de Curry es su rapidez a la hora de armar el tiro. Por muy pegado que se encuentre su defensor, siempre encuentra un hueco, un resquicio para sacar el brazo y tirar a una velocidad de prestidigitador. Tan increíble como esta velocidad es su efectividad (43% en triples y 47% en tiros de campo durante su carrera). Nunca he atestiguado un compendio entre belleza, velocidad y efectividad en un lanzamiento que se parezca al que logra Stephen Curry.
Durante sus primeros pasos en la élite del baloncesto mundial, Curry se perfilaba como un anotador puro. Sin embargo, al ir desarrollándose como jugador nos ha mostrado lo completo que puede llegar a ser. En estos momentos es un base cuya misión es hacer jugar a un equipo que carbura como pocos (Golden State lidera la NBA a cierre de este artículo con 25 victorias y 5 derrotas), perfectamente consciente de que tiene a su lado jugadores con un gran potencial ofensivo (Klay Thompson, Andre Iguodala, Draymond Green, David Lee...) que le complementan sobre la pista y hacen de los Warriors el equipo más temible de la NBA actualmente.
Pero no es solo un excelente director de juego y asistente (6,8 asistencias de media en su carrera y crece en este apartado año tras año), sino que se ha convertido en un defensor a tener en cuenta. Lidera la NBA en robos, con 2,1 por partido, superando a defensores tan reputados como Tony Allen o Chris Paul.


Cuando se acerca a la canasta, lejos de humillar a sus oponentes con mates de póster, Curry eleva el balón lo suficiente como para que estos no sean capaces de taponar su tiro, creando una sensación de desesperación en ellos, que por mucho más altos que sean, se ven incapaces de taponar el tiro de un jugador de escasos 190 centímetros de altura.


Aún hay más.
Algo que con frecuencia se pasa por alto sobre este jugador es que es el líder del mejor equipo de la NBA. Es decir, el líder entre los líderes. Es tremendamente complicado ser la estrella del mejor equipo de baloncesto del mundo, y más cuando tienes tanto talento a tu alrededor.
No, no me contradigo.
Es más sencillo liderar un equipo o grupo en el que sobresales claramente sobre el resto. Brillas porque eres el único que tiene luz. Este señor brilla entre estrellas de la liga, jugadores que podrían ser estrellas en otros equipos. Y lo hace demostrando en cada partido por qué sus compañeros deben confiar en él como líder. Stephen Curry brilla con luz propia, porque su luz, sin ser la única, brilla mucho más que las de sus compañeros, que le buscan a él como cabeza del equipo.
Esta es mi reflexión sobre un jugador único, que se encuentra en segunda posición en votos totales para el All-Star de Nueva York sólo por detrás del mencionado Lebron James, y que está haciendo de la liga su territorio. Un territorio que domina a base de magia y una cara de niño.
El siguiente vídeo recoge las 100 mejores jugadas de Stephen Curry en el año 2014.
https://www.youtube.com/watch?v=KlKCEEFdvR0
Javier Romero (@_javier_romero)
4 comentarios:
Enorme el blog y su redactor!
Enorme el blog y su redactor! Llegará lejos
Espectaculares comentarios y análisis. Enhorabuena!
Muchas gracias por los comentarios. Espero que sigáis visitando la página frecuentemente.
¡Un saludo!
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