Uno de los principales alicientes del comienzo de la temporada NBA es el rendimiento individual de los jugadores. ¿Estarán los jugadores mejor pagados a la altura de las circunstancias?, ¿serán capaces los novatos de asimilar el tremendo salto al baloncesto profesional?, y aún más importante, ¿qué jugadores pueden comenzar a postularse como las grandes estrellas de la liga?
Junto con las estrellas ya asentadas (Lebron James, Kevin Durant, Kobe Bryant...) Existen algunos jugadores, generalmente jóvenes, que llaman a portazos en el selecto club de los mejores jugadores de la liga. ¿Estamos ante un resurgir de los jugadores grandes en la NBA? En un deporte en el que los bases ganan cada vez más protagonismo, hay razones para creer que sí. Ya sea por su juego, su capacidad de liderazgo o sus grandes estadísticas, estos tres jugadores interiores también son candidatos a llevarse el trofeo al mejor jugador de la temporada. Auténtico calibre MVP.
- Anthony Davis: "la ceja" lleva demostrando desde que llegó a la NBA que no tiene techo. Desde que fuera elegido en el primer puesto del draft de 2012 por los New Orleans Hornets, el jugador salido de la universidad de Kentucky no ha cesado de progresar. Los números son solo una pequeña muestra de esto: 13 puntos, 8 rebotes, 1 robo y 2 tapones por partido en su primera temporada como profesional frente a los actuales 24 puntos, 13 rebotes, 2 robos y 4 tapones que promedia por encuentro, liderando la NBA en rebotes por partido. Pero Davis, como otros jugadores, es mucho más que números. Son conocidas sus capacidades atléticas, especialmente su capacidad de salto y su monstruosa envergadura (en torno a los 2, 30 metros), que le permiten llegar más alto que nadie para coger rebotes, machacar el aro o intimidar a los rivales mediante espectaculares tapones.
Davis se ha convertido en un jugador mucho más versátil de lo que era a su llegada a la NBA. De ser prácticamente un especialista defensivo a cubrir todos los aspectos del juego, incluso el tiro de corta y media distancia, en el que ha mejorado considerablemente. No obstante, su principal especialidad sigue siendo la defensa y el rebote, pero sus números muestran que es la principal opción de los New Orleans Pelicans, también en ataque.
- Blake Griffin: si hablábamos de Davis como un jugador versátil, Griffin no se queda atrás, ni mucho menos. Es uno de los jugadores más polivalentes de la liga, prácticamente con el manejo de balón de un base y uno de los mejores físicos de toda la NBA. La evolución de Griffin también es meteórica. Se pasó una temporada completa en blanco por culpa de una lesión de rodilla, pero desde el día de su debut pudimos ver lo que este prodigio de la naturaleza traía a la NBA: músculo, intensidad y unos mates difícilmente imitables. Su primera temporada fue una de las mejores que se le recuerda a un novato: 22 puntos, 12 rebotes y 4 asistencias en 82 partidos como titular, lo que le valió para ganar el premio al rookie del año elegido de manera unánime, siendo el primero en conseguirlo desde el año 1990, cuando lo ganó David Robinson. Además, fue el primer rookie en ser seleccionado para el All Star desde Yao Ming en el año 2003. A lo largo de sus cuatro temporadas en la NBA (comienza su quinta), Griffin ha ido consolidando su juego, demostrando una sólida mejora temporada tras temporada y convirtiéndose en una de las estrellas de la liga. Tal vez su gran porcentaje de tiro sea lo más destacable de su juego. Promedia un 52,7% de acierto, un porcentaje francamente bueno teniendo en cuenta que ha ampliado su zona de influencia y cada vez tira más de media distancia, siendo un arma letal para el ataque de los Clippers.
- DeMarcus Cousins: un jugador único, de los que no se ven mucho. Siendo uno de los jugadores más potentes y corpulentos de la NBA, sorprende su variedad de recursos en el poste bajo. Capaz de finalizar destrozando el aro o con un suave tiro a media distancia, es un excelente pasador y un reboteador nato. A menudo ha sufrido problemas extradeportivos y problemas de protestas a los árbitros debido a su impetuoso
carácter, pero en esta temporada parece un nuevo Cousins, decidido a llevar a su equipo lo más lejos posible y convertirse en el mejor pívot de la NBA, tal y como algunos lo consideran ya. Al igual que Davis y al contrario que Griffin, Cousins no tuvo un impacto tan inmediato en la NBA. Sus números en la primera temporada eran característicos de un novato, con bajos porcentajes de tiro y tiros libres.
Esta temporada, su porcentaje de tiro ha subido un 7% desde la primera (de un 43% a un 50%), y el de tiros libres un 12% (de un 68% a un 80%), siendo prácticamente un especialista desde la línea, sobre todo para ser un pívot.
Número 5 del draft de 2010, aún no ha disputado los Playoffs con su equipo, los Sacramento Kings, algo que está completamente dispuesto a cambiar. Con una de las plantillas más jóvenes de la NBA, los Kings parecen decididos a abandonar el agujero que ocupan desde la época dorada de la franquicia, y han comenzado esta temporada con 5 victorias y 1 derrota, ocupando el quinto puesto de la Conferencia Oeste a cierre de este artículo.
A sus 24 años, Cousins tiene aún las mejores temporadas de su carrera por delante, quién sabe si lejos de Sacramento. Pero si algo ha comenzado a demostrar es que quiere empezar a ganar y a dominar ya, a día de hoy. Actualmente es el sexto jugador que más puntos mete por partido (24,2) y el cuarto que más rebotes atrapa (11,8). Esta temporada promete ser la de la explosión definitiva de un Cousins centrado en jugar, olvidado de problemas fuera de la cancha y ganador dentro de ella.
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